El contacto piel con piel beneficia tanto a la madre como al niño, que se va a adaptar mejor después del parto que si está en una cuna o tapado.
Beneficios para la madre:
Las madres que se ponen a su bebé en contacto piel con piel después del nacimiento, van a tener unos efectos hormonales, con la liberación de oxitocina y otras hormonas, que van a hacer que tengan mejor contracción uterina y menor sangrado postparto y anemia.
Los beneficios también son emocionales o psicológicos, ya que va a tener mejores conductas maternas de apego, y la va a costar menos esfuerzo responder a las necesidades de su bebé.
Beneficios para el bebé:
El bebé que hace contacto piel con piel va a tener mejores niveles de azúcar y menos tendencia a tener hipoglucemia.
El bebé va a tener también más estabilidad cardiorrespiratoria, mejor frecuencia cardíaca y respiratoria.
Mejor temperatura. El cuerpo de la madre es capaz de aumentar o bajar la temperatura un grado para regular la temperatura del recién nacido y le permite conservar el calor mucho mejor que si lo cubrimos con una manta.
Estos beneficios son intensos y duraderos, y se recomiendan tanto para las madres que desean amamantar como para las que no desean amamantar, ya que el contacto piel con piel es el mejor recibimiento que le podemos dar a nuestro bebé.
Se recomienda hacer contacto piel con piel nada más nacer, durante la primera hora. Si no pudiste hacerlo entonces, puedes hacerlo ahora, ya que es beneficioso siempre.