¿Hay que cortar el frenillo lingual?

El objetivo del estudio era determinar la eficacia de la frenotomía en niños con anquiloglosia y dificultades de succión a pesar de apoyo profesional, mediante la medición de la transferencia de leche y la evaluación del movimiento de la lengua.

Para realizar el trabajo seleccionaron 24 parejas de madres y bebés, con edades comprendidas entre los 5 días y los 2 meses, que presentaban dificultades de lactancia a pesar de recibir apoyo profesional en Lactancia. Se realizó ecografía submentoniana de la cavidad oral antes de la frenotomía y 7 días después de la misma. Igualmente, se cuantificó la transferencia de leche mediante la doble pesada, el dolor al amamantar, las puntuaciones obtenidas mediante la herramienta de observación de la toma LATCH (que ofrece puntuaciones numéricas, por lo que es útil para el seguimiento de la lactancia).

En todos los casos mejoró la ingesta de leche, la tasa de transferencia de leche, las puntuaciones LATCH y el dolor durante el amamantamiento después de la frenotomía.

Se identificaron ecográficamente dos grupos de bebés.

En uno de los grupos, se comprimía la punta del pezón, y en otro, se comprimía la base del pezón. Estos hallazgos disminuyeron o desaparecieron después de la frenotomía.

Los autores concluyen que los bebés con frenillo lingual y dificultades de lactancia persistentes a los que se les realiza la frenotomía comprimen menos el pezón, y presentan una mejoría en su lactancia, definida como un mejor agarre, aumento de la trasnferencia de leche y disminución del dolor de la madre durante la toma. La anquiloglosia debe tenerse en cuenta durante la asesoría a una madre con dificultades de lactancia.