¿Sabes qué es una ingurgitación mamaria?

La ingurgitación mamaria se produce durante los primeros días o semanas de lactancia, aunque también se puede producir posteriormente si hay pérdida de tomas.

Se debe a la inflamación del pecho y la acumulación de leche, junto con edema y dificultades circulatorias.

¿Cómo es una ingurgitación mamaria?

El pecho ingurgitado está tenso, edematoso, y doloroso. Puede tener un aspecto brillante, con áreas enrojecidas difusas. El pezón puede estar aplanado, la leche no fluye fácilmente y con frecuencia al bebé le cuesta engancharse. Las madres pueden tener febrícula o fiebre transitoria.

La ingurgitación mamaria es un proceso doloroso, que suele ser bilateral, aunque puede ser unilateral.

¿Más dudas sobre ingurgitación mamaria?

¿Cómo se previene la ingurgitación?

La ingurgitación es generalmente una complicación prevenible.

Amamantar con frecuencia durante los primeros días disminuye el riesgo de ingurgitación. Una buena posición y un buen agarre del niño al pecho favorecen que el bebé tome toda la leche que necesita y disminuyen también el riesgo.

El contacto piel con piel, tanto en los partos como en las cesáreas también disminuye el riesgo de ingurgitación mamaria, ya que favorece los reflejos instintivos de la madre y el niño necesarios para la lactancia y la crianza.

La producción excesiva y la extracción intensiva de leche al inicio de la lactancia aumentan el riesgo de mastitis. Por eso recomiendo durante el primer mes, si la madre quiere sacarse leche, que toda la que se saque se la de al bebé, pero que no almacene, para no entrar en un círculo vicioso en el que haya más leche de la que el bebé pueda tomarse.

 

¿Qué debemos hacer si tenemos una ingurgitación mamaria?

Lo primero que recomiendo es que busquéis ayuda por parte de un Consultor de Lactancia o un profesional sanitario formado en lactancia.

Es importante que la posición del bebé y el agarre al pecho sean adecuados, de modo que el bebé tome toda la leche que necesita, vacíe bien el pecho y la toma no sea dolorosa.

La madre puede tomar analgésicos o antiinflamatorios si los necesita.

Si hay interferencias, como chupetes o tetinas, debemos recomendar evitar o minimizar su uso..

El masaje del pecho antes de la toma facilita la salida de leche. Si la areola está a tensión, se puede realizar un poco de presión en la areola para disminuir la inflamación y que el bebé pueda engancharse mejor. Eso se llama presión inversa suavizante.

Hay algunos tratamientos que no tienen una eficacia demostrada, pero que la madre puede encontrar reconfortantes, como la aplicación de frío, de compresas calientes o de hojas de col, la acupuntura o la administración de complejos de proteasas.

Como la ingurgitación tiene un componente inflamatorio muy importante, los corticoides pueden ser útiles. La administración de oxitocina y diuréticos no han demostrado eficacia.